
Yo encontré en comprar una terapia para desestresarme, sin embargo no me daba cuenta que estaba cayendo en lo profundo de una depresión que aparentemente me curaba todo y eso era que me estaba volviendo una compradora compulsiva. No había días en que yo salga y no traiga conmigo algo nuevo, tenía que comprar algo sí o sí, así sea insignificante. Si salía a la esquina no estaba contenta si no compraba desde un caramelo; cabe resaltar que éste no nos hace ni ricas ni pobres pero llegué a ese punto en que todo lo veía compra. Si iba a visitar a alguien siempre tenía que pasar por algún centro comercial o algún supermercado para comprar algo nuevo o cualquier cosa así no la necesite y si no tenía efectivo usaba mis tarjetas de crédito, hasta que se me acabó la línea de crédito. Sin embargo yo seguía comprando y comprando hasta que pude darme cuenta por mi misma de que lo que venía haciendo estaba mal, empezaron las deudas altas y llegado un momento no podía pagarlas y veía la realidad, yo estaba enferma por la compra compulsiva, afortunadamente me estoy curando de ese mal ,más que todo por mis hijos, ellos me dan la fuerza y el valor suficiente como para olvidarme de los problemas y vivir mi vida de manera correcta, feliz y tranquila. Suerte y piensen mucho en esta reflexión.