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jueves, 15 de diciembre de 2011

Travesuras consentidas

Cuando veo a mis retoños, recuerdo inevitablemente los tiempos en los que era una niña pequeña y me pongo a pensar a cuantos adultos habría puesto yo de cabeza a esa edad. Recuerdo que era muy inquieta, engreìda y consentida, ya que tambièn era la ùnica y a pesar de haber sido criada con primos siempre era yo la que llevaba la posta en las travesuras, ahora los papeles se invierten ya que mis hijos, al menos los dos mayores, hacen competencia a ver quien hace màs travesuras y yo tengo que revestirme de paciencia que es algo que me falta y es ahì cuando recuerdo ami madre y a mi abuela cuando me decìan que era una niña perversa.

Una de mis travesuras, por así decirlo, la más grande de todas fue, que un dìa familiar me escondí en un cuartito que utilizabamos de depósito en el garaje de la casa y me quede dormida, desaparecí al menos 12 horas y todos estuvieron buscàndome como locos, ya que creìan que me habìa salido y ya no me encontrarìan, yo recuerdo que en medio de todo el loquerío salí como si nada y mi madre me miró con una cara de querer matarme, eso si que nunca lo olvidaré.

Hace unos meses mi hijos, mi esposo y yo fuimos a comprar a un conocido supermercadoen la época de campaña escolar, estábamos recorriendo la tienda mirando y escogiendo los útiles de mi hijo mayor  y cuando ya teníamos todo listo y estábamos en la caja pagando lo que íbamos a llevar, Luciano se escabulle del coche sin que nadie se diera cuenta y cuando ya nos íbamos casi se me para el corazón; sentí una baja de presión increíble y para ese entonces yo tenía 5 meses de gestación, me quería morir de sólo pensar que no encontraría a mi hijo, hasta ese entonces el más pequeño. Renato y yo nos separamos para buscarlo bien y al final lo encontramos en el patio de comidas gateando y jugando con su carrito de juguete. Fueron en total 20 minutos que mi bebito estuvo perdido; sin embargo para mí fueron como 20 horas de solo pensar todas las desgracias que le pudo haber sucedido en todo ese tiempo.

Algunos dirán que hay que decirles a los niños que esten al lado de los padres, pero ellos a pesar de enternder las cosas no son lo suficiente maduros como para obedecer lo que se les dice, a lo largo de todo esto he comprobado que ellos aprenden a través de las experiencias; sin embargo hay que cuidarlos siempre y vigilarlos cuando vamos a lugares públicos y sobre todo mantenerlos distraídos con algo para que no se nos escapen, ya que al estar en un lugar nuevo tratan de explorar sin medir las consecuencias.