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lunes, 14 de septiembre de 2020

AQUEL DÍA EN QUE MI INOCENCIA VOLÓ

Tenía 17 años y salía con C, que por cierto hace tiempo no sé nada de él ni pongo su nombre porque no tengo la autorización debida para referirme a él, dondequiera que estés, espero que te vaya bien en la vida y que a pesar de todo seas muy feliz. No soy de las que se ponen nostálgicas al recordar ciertas vivencias pero hoy me acordé de C, mi primer enamorado, con quien en algún momento pensé en compartir una vida, por cierto era muy ilusa, presumo que eso sería típico de mi edad, de hecho era una muchachita inexperta que recién empezaba a vivir y que a pesar de ser avispada no sabía de ciertos peligros a los que me podía exponer ni tampoco que era lo que verdaderamente conllevaba una relación de pareja. C me lleva 8 años, cabe resaltar que desde siempre me gustan mayores que yo, veo a los chicos de mi edad como personas inmaduras o como que no tengo nada en común con ellos, yo los prefiero mayores y así será hasta que me muera. En aquella época C tenía 25 y yo mis escasos 17, C y yo nos conocimos en una fiesta que organizaban las chicas de 4to de secundaria de mi colegio en la cual se recaudaban fondos para una casa hogar de niños desamparados, la primera vez que lo vi no me llamó la atención pero me encantaba conversar con él y reirme de sus ocurrencias y sus consejos ya que me conoció siendo una fumadora compulsiva, yo tenía 16 años cuando lo conocí y fumaba demasiado con el afán de creerme empoderada y grande a tal punto que mis amigas consideraban que era una chica vivida y con vasta experiencia sexual, cuando en realidad era virgen, nunca permití que ninguno de mis salientes me tocasen, puesto que conocía mis derechos y en cierta forma era la única manera de defenderme de una posible manipulación o seducción, cada vez que llegaba el momento de una posible tentación de un encuentro íntimo recalcaba mi condición de menor de edad y que era cárcel por delito de estupro o seducción al menor, después de esta fiesta C me acompañó a casa y empezó a frecuentarme, nos hicimos amigos y en cierta forma cómplices, el entendía mis niñerías y en un inicio yo lo veía como el hermano mayor que nunca tuve (soy hija única, tengo primos mayores que yo quienes hacían las veces de hermanos mayores pero eran demasiado celosos y aprehensivos y pues nunca hubo una complicidad de por medio)y le confiaba mis cosas, hasta que llegó la fiesta de promo y tuve 6 propuestas de unos amigos que deseaban acompañarme, sin embargo debía decidirme por uno que por cierto me encantaba, se trata de V (en la actualidad felizmente casado), en aquel tiempo yo también le gustaba y pudo haber sido el mi primer enamoradito, solo que no tuvo el valor de jugársela por mí, se lo confesé a C quien me dijo que no lo llevara y que le haga un desaire para así yo darme cuenta si es que el tenía los cojones en su sitio y la luchaba y así lo hice, le dije a V que lo sentía mucho pero que iría con C a la fiesta de prom. y para que la noticia le cause celos le dije a V que no podría ir con él a la fiesta ya que C y yo cambiamos nuestra relación amical para ser enamorados, lo cual decepcionó a V y a mí en cierta forma, pues C y yo solo éramos amigos y no imaginé que lo que dje iba a repercutir después. Ya en la fiesta de promo fui con C y la pasé muy bien, al cabo de dos semanas V no me hablaba y me evitaba, eso me ponía muy triste y se lo conté a C quien supo aconsejarme o al menos eso creí puesto que me dijo que V no tenía las agallas para aclarar todo y que sería mejor dejar de estar triste y darme cuenta que V no era para mí ni yo para él, pasaban los días y sentí que me agradaba C más de lo normal y no sabía que hacer, era el quien me visitaba a veces a escondidas ya que no me dejaban salir pero al final supe imponerme, ya no era una niña, me estaba convirtiendo en una mujer y pues tenía todo el derecho de salir con amigos, siempre salíamos en grupo, en sí en parejas formadas por afinidad: mi amiga Naty con P, Mapi con W Y C conmigo, no supe que hacer cuando C me dijo que le gustaba y me quería y en mi cabeza no pude entender como es que C a sus 24 años iba a fijarse en una nena de 16, yo no era el ejemplo de madurez emocional, de hecho era súper engreída, mimada y pretenciosa y bueno C ya trabajaba y era más grande, estaba rodeado de muchas chicas de su edad en su oficina ¿Por qué me elegiría a mi?, por un lado estaba feliz, puesto que yo sentía que también lo quería y que estar a su lado me hacía muy bien, entonces nos besamos y ya todos sabían que andabamos juntos, mis amigas en cierto modo se alejaron de mí pues consideraban que debía dejarlo ya que podía salir lastimada, nunca antes había considerado a alguien como un enamorado de verdad, de hecho tuve uno antes de el pero a las justas nos dábamos piquitos y salíamos a manejar bicicleta y a tomar helados, nada extraordinario, solo saliditas y ya. Ahora era distinto ya que C me frecuentaba, salíamos de compras, al cine, etc. Sin embargo había algo muy dentro de mí que no me cuadraba y fiel a mi estilo caprichoso sabía que se trataba solo de eso, no era enamoramiento, era un gusto y un capricho y las ganas de sentirme grande y de alguna forma planear mi futuro al lado de quien consideraba mi cómplice, mi aliado y no voy a negar que desarrollé un apego hacia él, un apego caprichoso y por otro lado fue quien despertó mis sentidos y deseos más profundos, pasaron los meses y tuve que mudarme, afortunadamente eso no cambió la frecuencia de vernos ya que el trabajaba cerca a mi nueva casa y yo sentía que el universo jugaba sus cartas a mi favor, a pesar de eso la relación se enfriaba
y el ya no era el mismo, dejábamos de vernos por semanas y no nos llamábamos, empecé a sospechar que tal vez el estuviera saliendo con otra chica o tal vez tenía una novia y yo era su enamorada pequeña, necesitaba dejar de pensar en ello, esa idea me atormentaba y solo atinaba a conversar con mis amigas por chat, ellas me decían que debía pensar en dar un siguiente paso con él, por su edad ya no estaba en andadas de aguantar a una niña, así que decidí cambiarme radicalmente el look y volverme más mujer, era el año 2005 y aún no existían los smartphones y eran pocas las personas que tenían un celular con cámara, por ende no podía mandarle fotos de como había quedado, en parte era más emocionante porque a la próxima que el me viera todo iba a ser una sorpresa y realmente lo fue, cambié los vestidos de mi personaje favorito por sexy vestidos con escotes y las zapatillas y slaps por tacones, empecé a delinearme los ojos y usar maquillaje,
le di volumen a mis rizos y organicé una visita a mi antiguo barrio, todos los chicos, incluyendo V que me quitó el habla se quedaron tontos y yo solo esperaba que C pase por el barrio al llegar de su trabajo y voilá, sucedió, me miró fijamente, nos abrazamos, me besó y me dijo que se me veía diferente y espectacular, yo por fin pensaba que después de aquel cambio las cosas cambiarían y nos frecuentaríamos como antes, pero no. Si bien es cierto a él le encantó como me veía y se moría de celos al ver que todos los muchachitos de mi edad y un poco mayores que yo me miraban con deseo, ya no era el mismo de antes y esquivaba la mirada y no había esa complicidad que hubo desde que nos conocimos, internamente me preguntaba el porqué pero decidí bailar con todos mis amigos y hacerlo sentir tonto hasta que decida sacarme de la fiesta improvisada que se formó en el barrio y sucedió, me sacó de allí y me dijo que no soportaría perderme o que yo lo cambie por algún niño, en ese momento lo besé apasionadamente y me dejé llevar, sentía que volaba y que perdía la brújula,
que el tiempo se congelaba y solo quería estar con él y tener mi primera experiencia, estaba decidido y me preguntó si estaba segura, le dije que sí, tomamos un taxi y fuimos a un lugar más privado, ya en el lugar todo me pareció súper mágico, estábamos a punto de hacerlo, yo moría de miedo y él, pues era lógico que yo no era la primera, de nuevo sentí esa complicidad que sentí la vez que lo conocí y el volvió a preguntarme si estaba segura, me dijo que no haría nada que yo no quisiera y si no estaba lista solo podíamos dormir juntos, lo miré a los ojos y le dije que estaba segura, que de lo contrario no habría llegado hasta allí, me besó en la frente y me dijo que aún era una nena y que despues de tocarnos no deseaba que yo tuviera mi primera vez solo por la ebullición de hormonas del momento y que debía ser una decisión tomada y analizada, no lo podía creer, me sentí tonta y lloré, le reclame y le pregunté -¿Acaso no te gusta lo que ves?-No es eso, respondió y volvió a besarme la frente, ya es tarde, debes dormir y en tu casa no saben que estás aquí, prometí cuidarte y no lo estoy cumpliendo, debí haberte llevado a tu casa. Llamé a mi casa a decir que no iba a dormir y que no me esperen, que estaba con Diana, mi mejor amiga, a ella no podía mentirle, solo le dije que me cubra y así lo hice, afortunadamente en mi casa nadie se preocupaba por mí, así que si llamaban a Diana y ella les decía que estaba dormida no pasaba a mayores. Amaneció y era hora de irnos, no le dije nada a C, el camino a mi casa era largo y yo solo atinaba a jugar a la serpiente en mi celular Nokia, apenas llegué a casa me eché a llorar, mi prima Hilda me preguntó que pasaba, le dije que C era un maricón y que no quería verlo nunca más en mi vida y que si llamaba que le diga que estoy enferma o que salí con alguien de la academia y no regresaba hasta tarde y así lo hizo. A la mañana siguiente C me llamó y se disculpó, me dijo que sería mejor esperar que cumpla los 18, me pareció sensato y lo abracé, sin embargo ya no era igual para mí, yo necesitaba a alguien que esté pendiente de mí y que me consienta y él era un bruto, sin embargo lo quería para mí y no había forma de soltarlo, aún no me aburría de él, nunca pensé que me ocultaba grandes secretos que luego de un par de días me confesó.
Me dijo que estaba preocupado por un amigo suyo que había embarazado a una chica y que eso no lo dejaba dormir tranquilo, a lo que le respondí que el no tenía nada que ver, quien debería preocuparse por los pañales, leche y demás era su amigo y no él, a menos que el sea quien embarazó a esa mujer y por eso todo tenía sentido, yo solo lo deslicé y el se empezó a carcajear y me dijo que nada que ver, que si se preocupaba era porque ese amigo suyo estaba de novio y la chica era la otra y a la vez una amiga suya y que no sabía que posición tomar, le dije que mejor no se meta y se relaje, así que fuimos a Larcomar por unos tragos y a planear que hacer lo que quedaba del día, llamamos a W, quien había terminado con Mapi y le dijimos que se una al paseo que íbamos a dar, primero al parque de las leyendas y luego a Barranco no sin antes pasear en lancha por La Punta, pero W no deseaba ser nuestro violinista, así que decidió llamar a Norma, la hermana de P quien también estaba sola y como necesitaba compañía le dijimos que no había problema, aunque para mi si existía problema, ella era hermana de P, uno de mis más grandes amigos y siempre andaba envidiosa de mí, de mi belleza, mi carisma y porque los chicos andaban detrás mío y me veían inalcanzable, cosa que no sucedía con ella, puesto que éramos re diferentes, yo era presumida y tenía de que, no me fijaba en los niños del barrio porque a parte de no llamarme la atención los conocía de toda una vida y no me gustaba involucrarme con ellos, era selectiva, en cambio ella era una chica diferente, era más abierta con los chicos, salía con el primero que se lo proponía y estaba enamorada de C, de ninguna manera podíamos llevarnos bien, en ese tiempo yo estaba en la academia de modelaje al tiempo que estudiaba en otra academia para entrar a La PUCP y ella estaba preparándose para la Villarreal y se creía lo máximo puesto que para ella yo solo me dedicaba al modelaje y no miraba más allá, tampoco tenía que decirle a que me estaba dedicando a la chiruza esa... ja, ja, ja, lo cierto es que ella me bajo al novio semanas después y me sentí fatal pues C me jugó muy chueco y me cambió por esa chica tan ordinaria, me tomó tiempo asimilarlo, me puse anoréxica y no aceptaba perder a C pero no era amor, era rabia y un golpe a mi soberbia, Norma no era guapa (valgan verdades) hubiese preferido que se quede con alguna chica de su trabajo pero con ella...
Lo cierto es que la rabia me consumía y no encontraba a nadie que pueda llenar ese vacío y me concentre en el modelaje, no ingresé a la PUCP y empezó a valerme madre la universidad, decidí estudiar Artes Escénicas y en algún momento volverme famosa para así C me vea por TV y se de cuenta de lo que perdió, a medida que pasaba el tiempo se me iba pasando y me iba enfocando en seguir estudiando, hasta que C apareció otra vez en mi vida,me invitó a tomar unas gaseosas en la tienda y que cuando llegó el momento de estar juntos no lo hizo porque semanas atrás tuvo relaciones con su compañera de trabajo y que el niño del que me habló anteriormente no era de su amigo, sino de él, le tiré la gaseosa en el pantalón y salí corriendo de la tienda, me sentí totalmente asqueada y no entendí porque aún me afectaba, ¿será que me había enamorado de él y aún no lo superaba?, no, la verdad es que me molestó que me vea la cara de tonta.C fue a darme el encuentro porque le daba miedo que me pase algo por lo alterada que estaba, me dió el alcance y le pregunte como era que había decidido estar con Norma a sabiendas que eramos como el agua y el aceite,según el se enamoró de ella y me buscaba porque antes de ser enamorados eramos muy buenos amigos y que Norma ya estaba enterada de que él tenía un hijo de 5 meses de nacido y que no sabía como hacer para calmarla, yo definitivamente había perdido ya mi inocencia y mi sed de venganza afloró, después de C, empecé a salir con Miguel, un chico egresado de la Escuela de Oficiales de la Policía que estaba muy clavado conmigo y sí, fue el el primero en mi vida pero yo no me sentía tan a gusto con él como él conmigo y terminamos no en tan buenos términos ya que él sabía de C y lo detestaba porque creía que en cualquier momento podiamos volver si es que él aclaraba sus ideas y dejaba a Norma, en realidad jamás volvería con C, si lo dejé fue porque yo soy una mujer fría y él era un meloso, cosa que yo hasta ahora sigo detestando, a pesar de que amo los detalles, la melosidad no va conmigo, me repugna.
C nunca supo que yo tuve un affaire con Miguel y la verdad tampoco se lo iba a contar, yo tenía ganas de vengarme de Norma por ser la tercera en discordia entre C y yo y pues no tuve la mejor idea que reconquistar a C pero no para volver sino para estar con el y luego botarlo como perro para luego llamar desde su celular a Norma y decirle que estaba conmigo y que al final si ella decidía perdonarlo era su problema porque él y yo no teníamos nada que ver y pues lo hice así y me sentí liberada y ese día fue aquel día en que mi inocencia voló.