
Los niños siempre dicen la verdad aunque duela, reza un dicho y es muy cierto, como también es cierto que un niño es el mejor psicólogo pues sabe y puede llegar a manejar a un adulto con sus engreimientos. Puede que sea propio de la edad pero si no hay un freno o la debida orientación el niño puede a llegar a hacer grandes daños psicológicos al hostigar a otros niños que quedarán marcados para siempre; esto es lo que conocemos como bullying.
El bullying empieza con pequeñas burlas hacia el más débil de la clase o hacia alguien que tiene algún defecto físico o mental y luego se va convirtiendo en hostigamiento constante hasta bajar la autoestima del agraviado. Hay muchos casos de adultos que han quedado marcados fuertemente o en el peor de los casos niños que se han suicidado a causa de este fenómeno de crueldad infantil.
Quién no recuerda sus épocas de niño cuando se burlaban del más gordo, del más flaco, del más narigón, etc. O del que más dificultad tenía para captar algún curso de la clase. Fácil es decir que hay que aceptarse tal y como uno es, pero a un niño no le vas a decir eso ya que para él es importante la aceptación de los demás en su entorno y a veces uno siendo adulto cuando un hijo o un niño se equivoca le hace ver sus errores recalcándoselos de una manera errada sin saber cómo esto afectaría su autoestima.

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