El nacimiento de un bebé: Un reto emocionante y a la vez caótico

El nacimiento de un hijo es algo inexplicable, hermoso e indescriptible. Es una gracia que Dios nos dió a las mujeres, una dicha plena que hay que saber valorar. A decir verdad a mi me costó mucho asumirlo y lo reconozco, no soy perfecta y trato cada día de mejorar por que es algo gratificante. Recuerdo que el día que nació Stephano, mi primer hijo, no pude dormir por que no sentía contracciones ni ningún tipo de dolor; sin embargo sabía que nacería ese día, pues el médico me lo había dicho y no podía pasar de ese día; como toda madre primeriza me asusté y salí a dar  una vuelta, camine varias cuadras alrededor de casa para ver si así sentía al menos una contracción y la verdad me dió resultado en la noche ya no podía permanecer sentada y fue ahí cuando me di cuenta que ya era momento. Renato trajo un taxi y fuimos a la clínica, yo pensé que era muy fácil como en las películas; sin embargo senti ese dolor inexplicable que son las contracciones, puse todo de mi parte  pero termino en una cesárea y fue así que nació mi bebé.

A partir de ese momento sentí que mi vida cambió, lastimosamente aquí en Perú hay mucha informalidad laboral, la mayría de empresas no considera a la mujer embarazada y a la mujer madre y por tal motivo yo no tenía un trabajo en ese momento y como me dedicaba al anfitrionaje ya mi cuerpo no era el mismo, debía esperar a recuperarme. Cabe resaltar también que en algún momento me sentí frustrada pero eso no impidió que me llene de fuerza para salir adelante, en todo momento pensé en mi hijo, que es mi motor y mi razón de existir así que me metí a cuanto negocio pude por que no era suficiente el dinero que ingrasaba por parte de Renato, gracias a Dios me tocó una suegra divina que me apoya en todo en las buenas y en las malas, ya que yo tuve la desdicha de perder a mi madre a los seis años.
Dicen que un niño viene con el pan bajo el brazo, en estos tiempos eso suena como un mito, pero la verdad es que mito o no, desde que nació mi hijo todo en la vida me fue bien y le doy gracias a Dios y a mi madre que está en el cielo.
Cuando nació mi segundo hijo tampoco planeé tenerlo, reconozco que fue una irresponsabilidad mia por no cuidarme pero igual asumí mi responsabilidad y enfrenté lo que era tener un segundo hijo supe escuchar y calmar sus llantos aunq.e no tengo mucha paciencia, lo dije anteriormente no soy la madre perfecta pero trato de darle todo mi cariño a mis hijos, es difícil tener hijos tan seguidos siendo tan jóven pero es un maravilloso reto por que todo el tiempo puedo disfrutar con ellos de la vida.